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Crónica de un paseo a la luz de la luna

Crónica de un paseo bajo la luz de la luna

El pasado 3 de agosto, Susana y yo contratamos una de las escapadas que Hamu ofertaba en su proyecto Turismo Adaptado V3. Haríamos un paseo por la orilla del mar viendo salir la luna llena en la playa de la Malvarrosa de Valencia. Para eso contábamos con la inestimable ayuda de Hamu y de su silla oruga OnTrack.

Nos encontramos, aún de día, en el paseo marítimo y decidimos que la primera en subirse a la silla fuera Susana. Una experiencia nueva para ella. En su cara se podía ver la emoción de la aventura, pero también la preocupación por si sabría manejarla.

Y se dio un paseo fantástico acompañada por Hamu y su amiga Sandra que había venido con ella. Las olas iban y venían mojando las ruedas de la silla mientras caminaban. Era algo que no experimentaba desde hacía demasiado tiempo y eso hizo que se emocionara.

Mientras tanto, Cristina mi asistente y yo, esperamos tranquilamente en la plataforma de madera, observando cómo la luna se resistía a dejarse ver escondida tras algunas nubes. Y poco a poco fue subiendo por el horizonte y pudimos contemplar su cambio de color, de un rojo encendido al principio, a un plata brillante cuando consiguió despegarse del mar.

Tras el paseo de Susana, me tocó el turno a mí. Ya había probado una silla parecida en el viaje que hice con Hamu a Gijón y aunque esta silla es más ligera que aquella, igualmente se nota la fuerza y la estabilidad que tiene en superficies de suelo desiguales o al superar distintos obstáculos.

Comenzamos nuestro camino hacia el puerto observando la luna, el mar y a la gente curiosa, que nos miraba con ojos de sorpresa cuando pasábamos a su lado. ¡Qué puedo decir! Hacía muchos años que no bordeaba la orilla del mar, paseando y charlando. Mientras tanto la brisa nos refrescaba del sofocante calor del día. Es un placer poder pasear con gente querida por lugares a los que normalmente no puedo acceder con mi silla de ruedas. Había quedado con una amiga a la que le dije que haría esta salida y a mitad de camino nos encontramos. Nos acompañó en el paseo de vuelta y ahí pudo hablar con Hamu interesándose en el proyecto Turismo Adaptado V3 y sus múltiples ofertas.

Al regresar donde estaban Susana y Sandra esperándonos, compartimos nuestras vivencias y dimos por finalizada nuestra excursión. Tengo que añadir que el servicio que contraté con Hamu incluía el que nos llevara a Cristina y a mí de vuelta a casa. Así que, sin apenas tráfico, en un momento estábamos en casita, contentos y con las pilas cargadas para la siguiente aventura… Porque habrá más…

Jesús García Bañegil

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